La deuda es buena para ti
En este capítulo hablamos de la deuda y por qué te conviene en algunos casos tenerla, a pesar de lo que nos han hecho creer siempre.
Notas
Introducción al tema
Hola hola, segundo capítulo del podcast sin corbatas.
Empezamos ya a entrar en materia después del primer capítulo de presentación, y vamos a hablar sobre temas importantes para que puedas empezar a mejorar tus finanzas.
En esta ocasión vamos a hablar de la deuda. Igual te ha parecido un poco raro el título del podcast de hoy, que la deuda es buena para mí, ¿pero qué quieres decir Vero?.
Me refiero a que la deuda no siempre es mala como nos han hecho creer, que hay circunstancias y tipos de deudas que son beneficiosas para nuestra economía, que nos ayudan a ser cada día un poco más ricos y nos acercan a la libertad financiera.
Hay deuda buena.
¿Qué es deuda buena y deuda mala?
Minuto: 01:30
Y lo mismo ahora te estás preguntando, vale, ¿entonces hay deuda buena y deuda mala? pues sí, efectivamente, los mortales podemos clasificar la deuda en buena y mala, y te explico la diferencia.
- La deuda buena es aquella que te enriquece a largo plazo o la paga una persona o entidad que no eres tú.
- La deuda mala te hace un poco más pobre, y además la pagas tú directamente.
Pero ojo, que la deuda buena se puede volver mala en menos de lo que te imaginas.
Ejemplo de deuda buena que se convierte en mala
Por ejemplo, inicialmente la compra de una casa mediante hipoteca puede parecer deuda buena, porque estás asumiendo un préstamos para ser propietario de una casa en el futuro.
Cuando pagues tu casa por completo, tendrás un sitio donde vivir y no tendrás que pagar una hipoteca o un alquiler nunca más, sólo los gastos normales de tener una vivienda en propiedad (ya sabes: impuestos, seguros, comunidad, etc.).
La casa es un activo que se puede vender en el futuro, lo pueden heredar tus hijos, o incluso se puede alquilar, en cuyo caso se convertiría en una deuda buenísima, porque estarías generando unas rentas diferentes a las del trabajo de forma semi pasiva, el dinero que te pagan de alquiler.
Pero bien, si las condiciones que has firmado para tu hipoteca son malas, tu deuda entonces puede dejar de ser interesante.
Lo más claro es si pagas un porcentaje de intereses muy alto, ese famoso “diferencial + euribor”.
Si pagas más allá de un 2%, puedes tener muchos problemas en el futuro cuando suba el euribor. Ahora parece que los intereses no duelen mucho porque estamos en un momento donde están muy bajitos, pero cuando empiecen a subir, y lo harán creeme, puedes tener problemas para pagar la hipoteca.
Te pongo un cálculo sencillo:
- Una hipoteca de 150.000,
- donde has aportado el 30% (unos 45.000€) de tus ahorros.
- Si el tipo de interés es del 2%, pagarías una cuota mensual de unos 400€.
- Si el tipo de interés sube al 5%, lo cual no es nada descabellado y de hecho ha ocurrido en el pasado, pagarías sobre los 600€.
Igual 200€ no te parecen gran cosa, pero la subida es de un 50%, un 50%, ¿cuántas familias crees que pueden soportar una subida del 50% de su hipoteca?.
Esta no es una deuda buena, es una deuda malísima.
Y si a eso le sumas algo bastante frecuente, que es hipotecarte y no tener ahorros suficientes para afrontar imprevistos importantes, como un despido, una reparación grande de la casa o cualquier otra situación, entonces ya la deuda es de terror.
La deuda mala estrictamente necesaria
Ten en cuenta que obviamente hay situaciones donde no puedes evitar adquirir una deuda mala, por ejemplo por un tema médico.
La clave está en adquirir este tipo de deudas malas sólo cuando sea estrictamente necesario.
Cómo identificar qué tipo de deudas tienes
Minuto: 06:30
Llegados a este punto creo que te interesa saber cómo identificar la deuda buena y la deuda mala, saber qué tipo de deudas tienes.
Para saberlo, lo mejor es hacerte las siguientes preguntas antes de contratar un préstamo. Si la respuesta a alguna es NO, es probable que no sea una buena idea:
- ¿He buscado la mejor oferta disponible?
- ¿Estoy pidiendo este dinero prestado lo más barato posible?
- ¿Podré pagarlo si sube la tasa de interés?
- ¿Puedo pagar las cuotas sin problemas?
- ¿Este dinero prestado va a mejorar mis finanzas en el futuro?
- ¿Entiendo los riesgos y qué podría pasar si las cosas salen mal?
- ¿Entiendo todos los términos y condiciones asociados a esta deuda?
Bien, vamos a poner ejemplos para que se vea más claro.
Ejemplos de tipos de deuda
Pedir un préstamo para estudiar
Pedir dinero para hacer un master, un grado universitario o cualquier curso de formación especializada.
No debes verlo como un gasto, sino como una inversión en tu futuro.
Lo más probable es que ese dinero que has invertido en formarte se te devuelva con creces a medio – largo plazo con un mejor trabajo, mejor sueldo o cualquier otra oportunidad laboral.
En el caso de las finanzas personales, puedes comprar un curso que te enseñe a invertir, y eso hará que seas un mejor inversor y consigas rentabilidades mayores de tus inversiones.
El problema con este tipo de gastos es que solemos verlos a corto plazo.
Este curso me saca 2.000€ del bolsillo, si no hago el curso, me puedo ir a la playa este verano una semana más.
Pero no te estás dando cuenta de que ese curso puede hacer que consigas un trabajo mejor, o pueden ayudarte en algún aspecto de tu vida que haga que sea mejor o más feliz.
Yo siempre he invertido en formación y me ha traído cosas buenas a medio plazo. A día de hoy tengo destinado un presupuesto anual para formación que me permite aprender temas que me hacen mejor emprendedora, mejor inversora, mejor trader, mejor profesional, lo que sea. Merece totalmente la pena.
Un préstamo para emprender
A priori, también parece una deuda buena. Se supone que estás invirtiendo en crear un negocio, y con el tiempo podrás pagar ese crédito y ganar más dinero aún.
Obviamente puede salir mal y tu negocio ser un fracaso, pero a priori el objetivo es usar ese dinero para crear “algo” que en el futuro te va a generar mucho más dinero.
Las tarjetas de crédito
Normalmente son deuda muy mala y hay que evitarla.
Son los famosos créditos al consumo.
Hablo por ejemplo de pagar una lavadora a crédito, los regalos de navidad, ropa cara para una boda o cualquier otra cosa de consumo que se te ocurra.
Los tipos de interés de estos créditos suelen ser muy altos, un 6 – 8 %, y estás comprando algo que no te va a aportar ningún beneficio futuro. Compras cosas para consumirlas, cosas que no generan riqueza futura.
Es un gasto malo lo mires por donde lo mires, y además pagando con tarjeta corres el riesgo de estar gastando más allá de tus posibilidades, de estar comprando cosas con dinero que no tienes. Te puedes meter en un problema si no puedes devolverlo.
Mi recomendación es olvidarte de la tarjeta de crédito, paga todo al contado, ahorra en una cuenta separada de tu tarjeta del día a día una cantidad que te permita hacer frente a gastos imprevistos, como una lavadora rota. 500 – 1.000€ puede ser una buena cifra para empezar.
La moraleja, cuestionatelo todo, no vayas a la primera opción que te ofrezcan. De esa forma vas a ir rascando dinero de un sitio y otro y lo vas a mantener en tu bolsillo en lugar de perderlo.
¿Cuánta deuda es demasiada para mí?
Minuto: 13:12
Por otro lado, ¿cuánta deuda es demasiada?. Bueno, la verdad es que en España nunca se nos ha dado muy bien esta materia.
Nos encanta endeudarnos y nos gusta muy poquito ahorrar. Totalmente de locos, pero así somos.
La deuda de las familias españolas fue un problema gordo durante la crisis sub-prime, al igual que la deuda de las empresas y en general, cualquier tipo de deuda.
Todo se fue abajo porque estábamos endeudados hasta el cuello. En 2007 las familias debían de media el 134,7% de los ingresos que obtenían. Es decir, ¡debíamos más de lo que ganabamos!.
Claro, cuando la cosa se puso fea, la gente empezó a no poder pagar sus carísimas casas, y muchas empresas tuvieron que cerrar porque no podían cubrir los costes y la bajada del consumo.
Creo que llegados a este punto, puedes entender por qué sucedió algo así. Demasiada deuda es malísima deuda. Pésima idea, suicida diría.
Cómo calcular cuánta deuda puedo tener
Pero volviendo a la pregunta, ¿cuánta deuda es demasiada?, pues depende. Lógicamente, cuanta menos deuda tengas (sobre todo mala), mejor.
Pero aquí la clave es ver la relación entre ingresos y gastos.
Como regla general, las deudas no deben suponer más de un 35 – 40% del total de los ingresos
Es decir, en cuanto a ingresos hablamos de tu sueldo y el de tu pareja, así como pagas extras, trabajillos sueltos que alguno de los dos hacéis en momentos puntuales, cualquier dinero que ingrese en casa.
En relación a los gastos, lo normal es tener en cuenta sólo costes fijos como pagar la luz y el agua, la hipoteca, el crédito del coche, comida, ropa, etc. Pero yo prefiero añadir también gastos más variables como las vacaciones, la gasolina, los libros del cole de los niños… lo que sea.
Imagina que los ingresos totales de tu casa son 2.000€ al mes, y los gastos 850€. Estás destinando el 42,5% a gastos, por lo que estás entrando en un nivel crítico. Lo ideal sería que aumentaras tus ingresos o redujeras tus gastos para mantenerte en ese límite del 40%.
Si te interesa saber en qué nivel estás, puedes usar esta calculadora online.
Y si eres perezoso con los números, puedes hacerte estas preguntas para saber si tienes demasiada deuda:
- No sabes cuánto debes
- Pagas tarde las cuotas porque te cuesta reunir el dinero
- Pides dinero prestado para pagar las cuotas de algún crédito.
- Estás gastando parte de tus ahorros para pagar las deudas porque no te llega con tu sueldo.
- A veces tienes que tirar de tarjeta para hacer la compra de comida porque los créditos te ahogan.
- Tus finanzas personales hacen que duermas mal por las noches.
Cómo eliminar la deuda mala y aumentar la deuda buena
Minuto: 17:00
Bueno, con todo lo que hemos hablado en el capítulo de hoy, creo que has descubierto unos cuantos consejos y acciones que puedes tomar desde hoy para ir mejorando la salud de tus deudas…
Ya sabes, menos deuda mala, más deuda buena.
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